Uniformados como militares y armados fuertemente, un grupo de hombres pertenecientes al grupo islámico extremista y terrorista de Boko Haram llegó a bordo de camionetas en el extremo noreste de Nigeria que hace frontera con Camerún el pasado 5 de junio.
Los habitantes de las localidades pensaron en primera instancia que las fuerzas militares habían acudido al llamado de ayuda que habían lanzado de manera previa al haberse enterado que el grupo atacaría la localidad; los terroristas aprovecharon el engaño para juntar a los aldeanos en el centro de las tres localidades para después comenzar a dispararles.
Testigos de la matanza señalan que los extremistas llegaron en camionetas HiLux, reconocidas en la región por ser vehículos militares, argumentando ser soldados que habrían llegado "para protegerlos", que fue la misma treta con la que se raptaron a más de 200 niñas en una escuela de Chibok, el 15 de abril pasado. En sus testimonios relatan como previo a disparar contra sus víctimas, gritaron la proclama "Alá es grande, Alá es grande" y no cesaron de disparar hasta asegurarse que todas las personas concentradas en ese momento estuvieran sin vida.
El senador Mohammed Alí Ndume confirmó los ataques junto con un alto funcionario de seguridad que por motivos de protocolo no puede hablar con medios de comunicación.
Redacción La Crónica
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