miércoles, 16 de julio de 2014

Israel y Hamas: el cuento de nunca acabar

 Hablar de Gaza es complicado. Parece que nadie puede dar una opinión sin estar "a favor" de unos y "en contra" de otros. A veces es casi imposible decir "no estoy ni con unos ni con otros", mucho menos "unos tienen razón en esto y los otros tienen razón en esto otro". Quizá por eso esta vez me he mantenido al margen del tema, cuando en otras ocasiones sí comparto notas o cartones o mi pensar.

Para entender el enfrentamiento de los últimos días, les recomiendo que empiecen por este artículo de Mauricio Meschoulam, Doctor en Políticas Públicas y Administración con especialización en Terrorismo, Mediación y Paz. Y ya que mencionaré a HAMAS más adelante, rescato esta aclaración que hace Mauricio: "Hamás no es la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ni representa el modo como todos los palestinos piensan." (En realidad quisiera citarlo todo; mejor vayan a leerlo).

De la última escalada de violencia me ha llamado la atención la reacción que he visto en redes sociales, específicamente en mi muro de Facebook. No me sorprenden las publicaciones de mis conocidos de izquierda, pero lo interesante fue lo que compartieron los que se ubican más al centro o incluso en la derecha. Me dio la impresión que, para algunos, prima el derecho a la legítima defensa sobre cualquier otra consideración, y es aquí donde quiero intervenir para expresar lo que sólo es mi opinión.

Nadie niega (al menos entre mis conocidos), el derecho de Israel a defenderse de cualquier ataque. Sin embargo, creo que a algunas personas se les olvida que en derecho internacional, cuando se habla de guerra existe el principio de la proporcionalidad: el castigo debe tener relación con el delito. Y por mucho que una nación pueda y deba defenderse, bombardear áreas civiles con armas químicas proscritas por tratados internacionales no acabará con el terrorismo. Sobre todo porque no podemos comparar el poderío armamentista del ejército israelí con la tecnología de HAMAS (aunque sí, es cierto que cada vez tienen más y mejores armas).

¿O es que alguien cree que un niño que regresa de la escuela para ver a su casa destruida y su familia en desamparo aprenderá justicia?

Para terminar con el terrorismo, incluido el de HAMAS, se necesitan varias cosas, entre ellas el respeto por la población civil, pero fundamentalmente la implementación de operativos de inteligencia que realmente vayan tras las personas que están detrás, intelectual y operativamente, de los ataques. Y que después se les procese y sentencie en juicios justos y abiertos, donde se demuestre fehacientemente su responsabilidad.

Que quede claro: Israel tiene todo el derecho a defenderse, pero Palestina también tiene derecho a existir. El aparente nudo gordiano podría resolverse con un poco de sentido común y un mucho de voluntad política, cosas que a veces parecen hacer falta, tanto en las partes involucradas como en los observadores de la comunidad internacional, nosotros incluidos.

Por: Yalí Noriega
Twitter: @Xalaila

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